¿Ya has empezado a organizar tu agenda festivalera?
En los últimos años en el panorama nacional se han multiplicado los festivales de música y ahora mismo nos encontramos en pleno auge, saliendo festivales como setas a lo largo y ancho de toda la península. Si echamos la vista atrás, recordaremos que no hace tanto la oferta de festivales era muy limitada y era difícil salir del clásico FIB, el BBK o el Resurrection Fest, de hecho, muchos nos acabábamos escapando a Portugal para poder disfrutar de nuestros grupos favoritos.
Sin embargo, la foto ha cambiado y ahora el abanico de posibilidades entre las que elegir es amplísima, existiendo festivales para todos los gustos, colores y sabores. Desde el macrofestival multitudinario, pasando por el festival más íntimo y familiar al festival en una isla del que se desconoce el cartel. ¿Pero por qué quedarse sólo con uno?
Lo divertido de los festivales no es solo la música en sí, que también, sino todo lo que los rodea. Organizar un festival empieza con un comentario tomando una caña con los colegas calendario en mano, sigue creando un grupo de whatsapp, la compra de entradas simultánea, y si no os pilla cerca de casa, la búsqueda de transporte y hotel.
Un festival acaba siendo la excusa perfecta para juntar a toda tu pandilla, incluyendo a aquellos amigos a los que cuesta sacar de casa, para disfrazarte con ese modelito que nunca te atreves a ponerte o para llenarte la cara de purpurina, por ejemplo. Sin duda es un planazo perfecto para bailar hasta que duelan los pies, disfrutar del directo de los artistas que hemos ido a ver, pero también, y no menos importante, de aquellos grupos que gracias al cartel descubrimos y pasan a ser habituales en tus listas de Spotify.
Sin darte cuenta tu verano se acaba convirtiendo en un fin de semana sí y otro también saltando de festival en festival (y tiro porque me toca). De hecho, para muchos las vacaciones giran alrededor de estos eventos, recorriendo el país de punta a punta y así también conociendo ciudades nuevas.
En Barcelona no nos podemos quejar y podemos disfrutar de los mejores festivales a un tiro de piedra tal y como os contamos todos los años.
Por otro lado, la competencia entre los festivales es feroz (a excepción de Love of Lesbian que son omnipresentes) y ya no solo prima el cartel, sino toda la farándula que se crea alrededor. Los foodtrucks más conocidos acercan la mejor gastronomía entre concierto y concierto, las firmas de moda montan corners en medio del recinto y cada vez más se crean espacios más familiares para que los más pequeños también puedan disfrutar del festival.
Debemos estar contentos de que alrededor de la música en España se haya creado toda esta cultura festivalera y así se fomente un sector que por culpa de la piratería ha sufrido mucho y ha tenido que reinventarse.
Sin duda alguna los festivales están de moda, pero esperemos que no mueran de éxito, y podamos seguir disfrutando durante muchos años de la oferta de calidad que tenemos en España.
¡Qué viva la música!