El restaurante donde querrás volver 1000 veces
¿Sabes cuando entras en un restaurante y conectas de inmediato con el sitio? o cuando vas a un sitio con unas expectativas altas y te las superan sin (aparentemente) mucho esfuerzo? Pocas veces te encontrarás con esto, ¿verdad? Es casi imposible. Pues bien, amigos, Fismuler es uno de estos restaurantes.
Fismuler abrió en Madrid hará unos dos años de manos de Nino Redruello y Patxi Zumárraga y tardó muy poco en convertirse en un must de la ciudad. Aquí, en Barcelona, tenemos suerte que en su etapa en el Bulli, hace ya casi 20 años, conocieron a Jaime Santianes y con él decidieron traernos un Fismuler para nosotros. Lo abrieron en el Born a principios de año y, como su hermano mayor, ya está causando sensación entre los más foodies. A nosotros nos volvió locos, veréis por qué.
Los grandes ventanales ya te dejan ver desde fuera el buen gusto que tienen al decorar. Su amplio comedor es un sitio muy agradable y moderno, e ir viendo com pasan los platos del resto de comensales te vuelve loco de envidia. Escoger es muy difícil, pero por suerte trabajan por raciones y medias raciones, así que puedes pedir para probar lo que quieras.
Lo primero que nos trajeron fueron unas navajas con ajada gallega y kale, cocinadas a la perfección, cortadas y con unos acompañantes impresionantes. Después nos sorpendieron con una dorada semicurada acompañada por almendras y uva. Es un plato extremadamente delicado y aparentemente simple, pero cuando experimentas el sabor y, sobretodo, la textura, se convierte en una experiencia que no has tenido nunca con un pescado tan común.
Después vino la tortilla de bacalao. Tiene pinta de tortilla normal, pero la magia viene cuando la cortas: cremosa y con un bacalao que se deshace en la boca. Seguidamente nos trajeron la menestra de vainas verdes, una delicada mezcla de judías y guisantes con una salsa de hierbabuena que le queda de perlas. Es quizás uno de los platos que más describen su filosofía de cocina de mercado.
Y llegaron las alitas de pollo, uno de mis guilty pleasures más destacables… si aún no se me habían ganado (que sí), lo hicieron con este plato que viene acompañado de yema, boniato y un toque de trufa. Acabamos con unas originales albóndigas de sepia y butifarra con acelga china.
Los postres van cambiando según el día (la carta también depende de los productos de temporada). Lo que nos trajeron nos pareció una delicia: crema de té negro, granizado de remolacha, fresas silvestres y nata montada. Y si te gusta el café no dejes de pedir uno: hacen del hecho de servirlo un auténtico ritual.
Ir a almorzar es un placer por la gran cantidad de luz que entra, pero si queréis saber lo que es «fismulear» de verdad, ve a cenar y a tomar una copa hecha con licores artesanos. ¡Algunas noches hacen conciertos en directo! Mira su Instagram para ir preparando tu estómago.
Datos de interés:
Qué: Fismuler.
Cuándo: DO – MI: 13:30 – 16:00h y 20:00 – 23:00h | JU – SA: 13:30 – 16:00h y 20:00 – 23:30h.
Dónde: Carrer del Rec Comtal, 17.
Precio: 30 € por persona (aprox.).
Contacto: 93 514 00 50 | Email
Más información: Web | Facebook | Instagram