Italiano no, siciliano
La cocina siciliana puede que sea el corazón de la gastronomía italiana (¡que no nos oigan el resto de zonas del país!), pero encontrar un restaurante que se especialice bien en este origen es prácticamente imposible. O al menos lo fue hasta que se instaló en Barcelona el prestigioso chef Niko Scimone con su proyecto Galú.

Pocas cosas más típicas de la zona como este Cannolo siciliano.
Niko triunfó en Estados Unidos y en el Canal Food Network, pero después se propuso venir a Barcelona a cumplir el sueño de abrir un restaurante tal y como él quería. Y de ahí nació Galú (un homenaje a sus hijas Gala y Lucia). Este restaurante va a ampliar tu visión de lo que es la cocina italiana, descubriendo otras maneras de entender algo que creías saber de sobras. Así que ve preparando la libreta para apuntarlo en tu lista.
El vocabulario de la carta del Galú te sonará de sobras, pero quizás no estés tan familiarizado con las combinaciones, y esta es la magia de este sitio. Nosotros empezamos con unos antipasti (los entrantes) deliciosos, que no os sabríamos decir cuál es mejor.
La Caponata Siciliana nos fascinó, porque no sabíamos que nos encontraríamos sabor agridulce en una ensalada con berenjena. ¿Funciona? Perfectamente. ¿Repetiríamos? Mil veces. Una manera perfecta de empezar.

Uno de nuestros entrantes favoritos: Alcachofas a la plancha con pesto de albahaca y pecorino romano.
Continuamos con unas Alcachofas a la plancha con pesto de albahaca y pecorino romano, un plato que respeta al máximo cada uno de los ingredientes, un leitmotiv que vamos a encontrar en toda su carta. También nos encantó el sencillo Carpaccio de solomillo de ternera, rúcula y parmesano, súper ligero, pero con sabores intensos que se complementan muy bien.
De primer plato quisimos probar diferentes pastas, y nos ofrecieron 3 muy distintas, pero todas hechas a mano en el mismo restaurante. Los Ravioli de pato y alcachofas con salsa bechamel y pesto son contundentes, y conservan todo el sabor de la carne; es un plato que te llena, pero de la mejor manera. También probamos unos Gnocchi a la boloñesa, todo un clásico que tienes que probar, porque pocas veces habrás comido esta salsa hecha por manos tan expertas (en la carta, la salsa boloñesa va acompañada por los Fettuccine). La última pasta que comimos fueron los Pappardelle con salchicha, trufa negra y nata, que fue nuestro favorito sin lugar a dudas; es un plato muy cremoso, y la trufa le da ese punto umami que tienen los mejores manjares.
- Pappardelle con salchicha, trufa negra y nata.
- Gnocchi a la boloñesa.
- Ravioli de pato y alcachofas con salsa bechamel y pesto.
No pudimos evitar probar un segundo plato: Chuletas de cordero con patatas al horno. Si quieres carne tierna, cocinada al punto óptimo y sin mucha parafernalia, ¡tienes que comerlas!
Evidentemente, no nos fuimos sin comer postre (¿quién se iría de un italiano sin un poco de dulce?). Fuimos a lo seguro: Tiramisú y Cannolo Siciliano, dos clásicos que están en el podio de los postres más tradicionales de la zona y que Niko elabora a la perfección.

No podíamos irnos sin probar su Tiramisú.
No pierdas la oportunidad de ir al Galú, pedir una copita de vino o cerveza italiana, y disfrutar a lo grande. Ve mirando su Instagram para ver las últimas actualizaciones de la carta.
Datos de interés:
Qué: Galú.
Cuándo: Mi, J, V y D: 13:00 – 15:30h y 20:00 – 22:30h | S: 13:00 – 15:30h y 20:00 – 23:00h.
Dónde: c/ Rosselló, 290.
Precio: 20 – 40 €.
Contacto: Web | Facebook | Instagram| E-mail | 931 150 275
- El entrante más sorprendente: Caponata siciliana.
- Un sencillo pero delicioso Carpaccio de solomillo de ternera, rúcula y parmesano.
- Un segundo para enmarcar: Chuletas de cordero con patatas al horno.