Un asado argentino (no tan) tradicional
Mesa Quince ha abierto sus puertas autodenominándose como «The Brasa Club», un club gastronómico donde todo el mundo encontrará su sitio. Allí encontrarás los clásicos de un asado argentino, con salsas y combinaciones de sabores auténticos y sorprendentes que ha imaginado el chef Facundo Reynoso. Además, es el sitio perfecto para alargar la cena con unos buenos cócteles.
Detrás del nombre Mesa Quince hay una historia familiar que el propietario del local quería que todo el mundo supiese. La mesa número quince era la que ocupaba su padre con sus amigos en el restaurante del club de golf después de unas partidas. Por eso, todo el restaurante gira alrededor de este número: 15 mesas, 15 platos, 15 vinos… y, evidentemente, la mesa quince es la más grande, donde se sentarán grupos para disfrutar de la comida, pero sobre todo de la compañía.
Nosotros pedimos una mesa para dos un viernes por la noche, y nos dejamos llevar por sus recomendaciones.
Empezamos con su Provoleta de campo, con morrón asado, pesto de tomates secos y albahaca. Es una tapa abundante, pero no vas a dejar ni un poco de queso y vas a querer más. Así de bueno está, quedas avisado. Con este inicio, la cosa pintaba bien.
Cuando nos tomaban nota, nos recomendaron encarecidamente la tortilla de boniato. Nos dijeron que no nos dejáramos llevar por lo mundano que parece y lo probásemos… qué razón tienen. Es una tortilla de boniato y cebolla asados. No tiene más, y no necesita más.
Seguimos con otro entrante: Milhojas de papa. Son dos lingotes de patatas cortadas finísimas, con pasta de morcilla y lima. Lo que nos gustó más es el punto de morcilla, que es algo que nunca habíamos probado en un plato así.
Y ya pasamos a lo principal: la carne (para eso habíamos venido, aunque todo lo anterior ya había valido la pena). Nos trajeron una costilla de ternera ahumada 6 horas, con verduras asadas y demiglasse. El sabor a humo, combinado con que aquello estaba cocinado al punto perfecto, dejando una carne súper tierna, hacía que entendieses la pasión que le han puesto al restaurante. También comimos el ojo de bife argentino: 250 g de carne, con manteca de chimichurri y puré de patatas. Un producto excelente y una salsa para morirse.
De postres, tenían dos en la carta y quisimos probarlos los dos, está claro. En la selección demuestran sus dos facetas. Por un lado, la más tradicional, representada por el Flan de la abuela Coti. Es un flan casero que va a volver locos los amantes de este postre, con dulce de leche y crema batida. Por otro lado, la Chocotorta, una masa quebrada de chocolate con crema moca que nos entusiasmó.
Para acompañar toda la cena, escogimos Gy, un tinto del valle de Uco, una región vinícola al suroeste de Mendoza, en Argentina. Es un vino con suficiente cuerpo como para aguantar los sabores intensos de la carne, así que es perfecto.
Mírate tu calendario y ve guardándote día para visitar Mesa Quince con alguien especial: no decepciona. Síguelos en Instagram para estar al día de sus nuevas movidas.
Datos de interés:
Qué: Mesa Quince.
Cuándo: Ma – Sá: cenas.
Dónde: c/ Muntaner, 189.
Precio: 45€ por persona (aprox.)
Contacto: Instagram