La historia desde un punto de vista que no te cuentan en la escuela
¿Sabías que las primeras fotografías eróticas servían como moneda de cambio en la Primera Guerra Mundial? ¿Que el primer director de cine porno de la historia española fue el rey Alfonso XIII? ¿Y que Picasso tenía uno de sus talleres en pleno barrio chino donde más prostíbulos había? Pues esto y mucho más, podrás aprenderlo si te das un paseo por el Museo de la Erótica de Barcelona.

Los Borbones en pelotas
Si has pasado por Las Ramblas te habrás fijado en La Marylin Monroe que saluda desde un balcón en frente del Mercado de la Boquería. Es ahí dónde se encuentra el Museo de la Erótica, un lugar muy particular al que deberías dar una oportunidad, pues esconde muchas curiosidades sorprendentes.
Para comenzar, hemos tenido la suerte de conocer las tres salas nuevas que se abrirán en el museo durante este año: la sala de los penes, la de las máquinas del sexo y otra que alberga una colección muy interesante de corsés. Además, se encuentran en proceso de crear una ruta guiada a través de gafas 3D, ¡para que todo sea más real que nunca! Con motivo de su veinte aniversario en marzo, el museo pretende convertirse en un espacio más interactivo y con mayor entretenimiento.
Alexandra, responsable de comunicación del centro, nos guía por las diferentes salas del museo y nos ilustra con sus conocmientos a lo largo del recorrido. Las curiosidades comienzan ya en la primera sala en la que podrás descubrir 3.500 postales de la primera Guerra Mundial en las que aparecen reflejadas prostitutas en posturas eróticas con diversos soldados, que luego se utilizaban como moneda de intercambio. Asimismo, podrás conocer las primeras litografías porno que dibujó Eusebi Planas, célebre dibujante catalán, cuyo hobby ha quedado demostrado en el salón del erotismo.
También encontrarás diversas muestras de otros artistas, como Martin Van Maele, primer pintor que diseñó postales con niños en posturas explícitas. Él mismo fue uno de los primeros creadores de las historias de Sherlock Holmes. Y como historia española, queda representada para la posterioridad la reina Isabel II como la mayor ninfómana del mundo, según la segunda edición del libro «Los Borbones en Pelotas» que encontramos en una de las salas. En estas ilustraciones se puede ver a la reina con sus numerosos amantes y su marido en diferentes posturas sexuales.
Para más inri, descubrirás la colección de vídeos porno que dirigió el monarca Alfonso XIII en 1920 titulados «El confesor», «El ministro» y «El consultorio de señoras». Aquí no termina todo, sino que podrás admirar la colección de la «Barcelona Canalla», una muestra de las primeras revistas porno que existieron en España, los primeros anuncios de El Molino y algunas guías de dónde frecuentar a las más conocidas y mejores prostitutas de la ciudad condal.
Adentrándonos en el museo, encontramos la sala de Asia dónde se explica el importante papel que tienen las Geishas, que además de mujeres de compañía se demuestra que, al principio, si eran prostitutas de lujo. Más adelante, descubrimos el mundo griego y romano en el que se pueden ver diversas piezas que nos descubren lo adelantados que estaban a su tiempo en la ciudad romana de Pompeya, donde contaban con una propia isla dedicada a la prostitución y tenían monedas especiales para cada una de las prostitutas que los hombres solían frecuentar.
A nuestro paso entre la sala de Roma y Grecia a la del Paleolítico, pasamos por una pared dedicada a grabados hechos por el mismo Miró que tratan sobre la homosexualidad, un tema muy presente a lo largo de su vida artística. Al llegar a la sala roja, también llamada del sadomaso, Alexandra nos revela que es uno de los espacios más concurridos por el público. En el medio de la sala nos encontramos un maniquí vestido con unas correas de cuero y alrededor, varias vitrinas que muestran una exposición de herramientas bondage, como cinturones de castidad o látigos.

Terraza del museo
Descubrimos que el museo esconde en su interior un patio decorado con mimo en el que unas pantallas emiten unas animaciones eróticas que nos recuerdan vagamente a los primeros dibujos Disney. Alexandra sonríe y nos explica que «precisamente uno de los ilustradores de estas animaciones colaboró en las películas del famoso productor de los clásicos de nuestra infancia». Nos quedamos con las ganas de estar más tiempo en la armoniosa terraza, pero nuestra guía nos indica que «hasta la primavera no se abre». Cuando comienza el buen tiempo en Barcelona, el museo organiza obras de teatro, conciertos y espectáculos al aire libre.
Llegamos a la parte más moderna del museo, donde conocemos algunos de los premios Guinness relacionados con la sexualidad, como la mujer con los pechos más grandes del mundo o la persona que más semen ha tragado, o al menos que lo ha reconocido. Al lado mismo, admiramos representaciones y obras del artista Pablo Picasso, que como mencionamos anteriormente, tenía uno de sus talleres en pleno barrio chino de la ciudad, actualmente conocido como el Raval, dónde se encontraban el mayor número de prostíbulos. Salvador Dalí también se encuentra presente en la exposición, dónde se pueden ver diversos grabados de colecciones privadas donadas al museo. En estas piezas se observa el fuerte carácter sexual que el artista pretendía enfatizar en sus pinturas, siempre influenciado por la musa de su vida, Gala.

La sala de antiguas civilizaciones
Antes de alcanzar la tienda de recuerdos, que en realidad es un sex shop con una increíble oferta y diversidad de productos, vemos el último rincón que nos ofrece el museo: una pequeña y selectiva muestra de los primeros consoladores de la historia. Desde piezas en forma de secador para poder ser vendidos sin causar polémica, hasta otros que alcanzan a tener una imagen semejante a la actual, con la diferencia de que la forma fálica no se llegó a vender hasta bien entrados en la segunda mitad del siglo veinte.
Finalizamos la ruta con un buen sabor de boca, mientras vemos como una pareja se entretiene viendo la exposición acompañados de una copa de champán. El museo de la Erótica no pasa desapercibido, y hay múltiples formas de sacarle el máximo provecho. La ventaja de ser un museo privado es que los responsables tienen la máxima libertad para innovar y crear diversas formas de entretenimiento: desde muestras dinámicas de tupper sex, hasta rutas por el museo de la mano de Marylin Monroe. Si quieres ser el centro de atención de tus amigos contando mil y una curiosidades acerca del erotismo a lo largo de la historia, ya sabes dónde acudir. Además, si estás atento a páginas de ofertas y descuentos podrás encontrar el precio de la entrada muy asequible.
Datos de Interés
Qué: Museo de la Erótica
Dónde: Las Ramblas 96 bis, 08002 (frente a metro Liceu)
Precio: Desde 7 € en su página web
Más información: Teléfono: 933 189 865