El restaurante donde puede comer (fantásticamente) todo el mundo
Encontrar sitios que tengan opciones celíacas o sin lactosa en Barcelona cada vez es más fácil. Pero muchas veces queda comprometida la calidad: panes sin gluten, pero también sin sabor, postres sin lactosa que no te aportan nada… es por eso que el restaurante que te presentamos hoy es algo único (aunque no debería serlo). En Pötstot toda la carta es sin gluten, sin lactosa y vegana, recreando platos tradicionales sin renunciar a que todo sea delicioso.
Hacer una cena con varias personas con diferentes sensibilidades alimenticias puede ser un dolor de cabeza. En Pötstot es tan sencillo como pedir lo que sea de la carta, sabiendo que todo el mundo lo puede comer. En el restaurante, hay una total ausencia de trazas, ya que no pisa el local nada que pueda contener gluten ni que sea de origen animal. ¿Cuántos sitios conoces que todos puedan comer canelones, croquetas, sobrasada, tortilla o ensaladilla?
Nosotros vivimos la experiencia Pötstot al completo, puesto que uno de nosotros tiene intolerancia al gluten. Fue una comida libre de preocupaciones, cosa que no acostumbra a pasar. Os contamos como fue.
Empezamos con unos entrantes que nos parecieron muy interesantes. Primero, una «Sabrosada» picantona, hecha con boniato asado con condimento mallorquín y segundo un Queso fermentado de anacardos acompañado por un coulis de granada. Ambos platos están muy buenos, y se asemejan bastante a su versión con alérgenos. Independientemente de si se parecen o no, son unos buenos entrantes para abrir el apetito.
También probamos sus croquetas, que nos parecieron espectaculares. Tienen de dos tipos: de ceps y trufa negra y de espinacas a la catalana. Las rebozan en panko de guisante, que le da un punto crujiente espectacular. Nosotros somos más fans de las de espinacas, ya que tienen un toque especiado que le queda de maravilla.
Pasamos a los platos principales, que quisimos probar un par. Primero el canelón trufado, hecho con papel de arroz y relleno de tofu, setas de temporada, bechamel de leche de soja, trufa negra y gratinado de almendra. No te esperes un canelón tradicional, evidentemente, pero es una vuelta de tuerca muy curiosa. También nos trajeron la lasaña de verduras con queso de anacardos, céleri, calabacín, calabaza, hinojo, albahaca y germinado de remolacha. Es una versión vegetal del plato clásico que nos gustó mucho.
Y pasamos a los postres. Por un lado, pedimos la Crema catalana, hecha con haba tonka y sin huevo, pero con un sabor bastante similar a la original. Por otro lado, nuestro favorito: Chocolate en cuatro texturas, con cremoso de chocolate, genovesa de chocolate, nibs de cacao y chocolate y salsa de chocolate y miso. Si eres amante del chocolate (evidentemente), no te lo puedes perder.
Como ves, es el sitio perfecto para disfrutar de una comida sin preocuparse de mirar si puedes o no escoger según qué plato. Pásate por su Instagram para ver todas sus creaciones, incluidos los arroces, que tienen muy buena pinta.
Fotografías de: Gemma Ortís
Datos de interés:
Qué: Pötstot.
Cuándo: Lu – Do: abierto para comer y cenar.
Dónde: Carrer de València, 204.
Precio: 25-30€ por persona (aprox.)