Para comer como en casa (pero mejor)
Garum es de aquellos sitios que puedes apuntar en tu agenda de contactos porque vas a reservar mesas muchas veces. Lo que empezó siendo un templo de las conservas y el vino, ha ido ampliando la carta para satisfacer a los vecinos del Putxet y visitantes que vuelven una y otra vez. Es un restaurante para los amantes de la cocina casera de aquí, hecha con amor y con ingredientes de altísima calidad.
Ricard Torres, propietario del Garum, quiso abrir un local que evocase las antiguas bodegas y bistrós de Francia, pero manteniendo las recetas más locales. Pues bien, no solo ha conseguido esto, sino mucho más. Tanto, que no nos extrañaría si se convirtiese en un sitio de peregrinaje del bon vivant. Garum, además, se encuentra en una calle tranquila y dispone de una de las mejores terrazas de la zona.
Quisimos probar un poco de todo, por lo que las raciones pueden no ser exactamente las que te van a traer cuando vayas. Así te puedes hacer una idea más precisa de lo que es cenar en Garum.
La experiencia no fue exponencialmente buena porque ya empezamos por todo lo alto y, como verás, se mantuvo. Lo primero fueron unas croquetas de pollo al curri. Son de las que te encuentras trozos enteros de lo que llevan dentro. Del mejor tipo, vaya. Compartiendo plato, nos trajeron un par de croquetas de fricandó. Para hacerlas no hacen trampas: cocinan un fricandó y lo convierten en croqueta. Y se nota. Solo por las croquetas ya vale la pena visitarlos.
Lo siguiente fue un roast beef con salsa tártara que es para morirse. Viene una buena cantidad, pero te aseguramos que te lo vas a acabar porque tiene un sabor impecable.
El siguiente platillo fue el atún en escabeche de setas. Es muy difícil conseguir la textura que consiguen: firme pero tierna. Es un pescado que se corta con cuchillo. Destaca su sabor por encima de la salsa, que lo acompaña perfectamente.
Uno de los platos que se está haciendo más conocido de Garum es su bocadillo de pastrami. Descubrimos que uno de sus secretos es que le ponen manzana, que le da un dulzor muy especial. Para saber el resto de secretos, mejor que lo vayas a probar tú. No nos da vergüenza admitir que es de los mejores pastramis que hemos comido en la ciudad.
Ricard nos dijo que tiene una obsesión con los buñuelos de bacalao; ha probado muchísimos. Acto seguido, nos dijo que los mejores del mundo son los que tiene él en el restaurante. Evidentemente, pedimos un par. No podemos confirmar o desmentir si son los mejores del mundo, pero son una maravilla. Vienen acompañados de salsa romesco y realmente ves que están llenos de bacalao, cosa que la mayoría no pueden decir.
Hablando del bacalao de los buñuelos, Ricard nos dijo que también teníamos que probar el bacalao con samfaina que hacen, una de las recetas catalanas más tradicionales. No tiene nada que envidiar a la de las abuelas (no voy a contar el de la mía porque tiene una categoría especial).
Y ya pasamos a los postres. Dos cosas muy tradicionales, pero con su toque especial y único. Primero una crema catalana con helado de coco. Es difícil clavar este postre que está en tantísimas cartas de Catalunya, y ellos lo hacen. Y el toque de coco es algo con lo que no nos habíamos encontrado nunca y nos encantó.
El otro postre fue su torrija Garum, hecha con pan de brioche francés. Una manera muy elegante de hacer un postre que todos conocemos.
Es importante mencionar su enorme carta de vinos donde seguro que vas a encontrar uno ideal para la velada. Ah, y también los venden para que te los lleves a casa.
Te dejamos el enlace a su perfil de Instagram para que puedas ver más platos de su carta.
Datos de interés:
Qué: Garum
Cuándo: MA-SÁ: comidas y cenas.
Dónde: c/ Vilarós, 3
Precio: 30-40 € por persona (aprox.)
Más información: Instagram