Gurí, la esencia de Río de la Plata
Es siempre emocionante presenciar algunas de las nuevas e interesantes aperturas que suceden en ocasiones en nuestra ciudad. La variedad y riqueza gastronómica, la fusión, las nuevas ideas y el aire fresco de algunos restaurantes dan oxígeno ante la (a veces) predecible oferta del «sota, caballo, rey«. Gurí es un ejemplo de lo primero. Esencia rioplatense muy revisada, trabajada y con una base de producto marcadamente mediterránea y de temporada.
Dos aperitivos (si es que se pueden llamar así) sirven de arranque al menú que los chicos de Gurí nos han preparado (siete pases salados y uno dulce). El primero es una mantequilla ahumada acompañada de una interesante y curiosa sal de carbón activo. El segundo se trata de un paté de hígado de pollo acompañado con naranja confitada. El paté resulta de una textura cremosa y de un sabor muy suave (nada ofensivo si no te gustan las vísceras) y la naranja confitada le acompaña perfectamente.
Pocas cosas serían tan distintivas de la gastronomía del Río de la Plata como las empanadas. La que ofrecen en Gurí es de las más ricas que haya podido probar. Absolutamente casera, artesanal, nada grasosa e increíblemente crujiente. Eso por lo que respecta a la masa. El interior (el cual van cambiando) se reserva a los dictados de las temporadas o a los designios que puedan surgir de las cocinas de Gurí. En nuestro caso, nuestra empanada estaba rellena de espárragos verdes a la brasa y queso de l’Alt Urgell cuya textura (al natural) semiblanda, tras la acción de la temperatura, se torna en un relleno cremoso perfecto para la empanada. Finalmente, la acompañan de un romesco para que puedas darle otro tipo de matices a tus bocados.
Un plato de preciosa presentación y llamativo cromatismo fue la lechuga de temporada con salsa criolla y limón fermentado. Básicamente, se compone de cogollo osmotizado en un licuado de salsa criolla y que posteriormente pasan por la brasa. En la base encontramos un licuado verde a partir también de salsa criolla y unos puntos de limón fermentado para su contraste.
Otro plato que nos encantó fue la gamba roja, gazpachuelo, salsa verde y topinambur. La gamba roja (de Palamós) la marinan previamente en sal, pimienta, ralladura de limón y aceite. La base del plato es un gazpachuelo hecho a base de una emulsión de caldo de pescado y mahonesa sobre el cual, en el emplatado, posan las gambas. Acompañan con una salsa de chipotle (la roja) hecha con las cabezas de las gambas y una salsa de canónigos (la verde). Acaban con un aceite de laurel y unos bastoncillos de topinambur. El resultado compagina la profundidad del sabor a mar y untuosidad del gazpachuelo con el frescor de los canónigos y el sutil picante del chipotle y, cómo no, por su puesto, la reina del Mediterráneo, la Gamba Roja de Palamós.
Y los platos «fuertes» empezaron con unos tortellonis caseros de estofado de pato, salvia, mantequilla y pera lacto fermentada. Un relleno generoso y un embriagador aroma a salvia podrían ser las notas más llamativas de este plato. Para acabar, una presa ibérica a la brasa, salsa reducida de su jugo y semillas de mostaza encurtidas. Delicado sabor a brasa y un potente y reducido jugo de carne.
Y la nota dulce acabó «en casa» con una versión del clásico catalán chocolate, aceite y sal pero en una particular y elegante versión de los guríes (niños o muchachos, de uso en Uruguay y Argentina) de Gurí: cremoso de chocolate (al 70%), Caviaroli (pequeñas esferificaciones de aceite) sal y pan Carasau (típico de Cerdeña) de carbón activo (de ahí su color oscuro). Cremosidad al extremo y agradables contrastes con el crujiente del pan Carasau y las mini explosiones de aceite en la boca.
La oferta de vinos es además muy variada y cuidada. En Gurí intentan ofrecer vinos para todos los gustos: desde vinos tradicionales a vinos naturales y vinos ecológicos pero siempre, como me indican, que sean vinos con alguna historia detrás. Vinos «diferentes y divertidos«. Sin duda, ese cariño y cuidado puesto en el vino se agradece, y mucho.
Datos de interés:
Qué: Gurí
Dónde: Rector Triadó 72
Precio: 45 – 50 Euros/persona