¿Cuáles son los mejores bares de tapas de Barcelona?
Pocas cosas representan mejor nuestra cultura gastronómica que un buen tapeo. Ese picoteo informal que se convierte en comida, cena o en una excusa perfecta para alargar una conversación entre amigos. Barcelona es uno de los mejores lugares para disfrutar de esta experiencia.
Por eso, hoy te traemos un TOP de los mejores bares de tapas en la ciudad. Desde los clásicos de toda la vida, hasta los locales modernos que reinventan la tapa sin perder su esencia. Sea cual sea tu estilo, seguro que encuentras un nuevo favorito en esta lista.
Al final del artículo, te dejamos un mapa para que puedas encontrarlos fácilmente y organizar tu ruta de tapas. ¡A disfrutar!
- 1. Bar Canyí
- 2. Culkin
- 3. La Esquina
- 4. Café Pagés
- 5. Rabbit´s Bar
- 6. La Font del Gat
- 7. Bar Alegría
- 8. Bar Buy Buenas
- 9. Can Bo
- 10. Bar Jai-Ca
1. Bar Canyí
Bar Canyí, bar de tapas
¿Y si una estrella Michelin se colara en un bar de toda la vida? Eso es lo que pasa en Bar Canyí, el nuevo imprescindible de Sant Antoni donde los chefs de Slow & Low, Francesc Beltri y Nicolás de la Vega, han aplicado técnicas de alta cocina a las tapas de siempre. El resultado es brutal, gildas mimadas al detalle, croquetas de jamón cremosísimas, un rovellón en escabeche que sorprende por su equilibrio ácido, y una bomba de la Barceloneta que, sin rodeos, es la mejor que hemos probado en Barcelona.
El local, de estética retro muy cuidada, tiene alma de bar pequeño con corazón de restaurante grande. Carta escrita en una pizarra, cocina de mercado cambiante, música en vinilo y cocineros sacando platos sin parar. Y vaya platos. Los berberechos con vino de Jerez y el calamar de playa a la plancha son puro producto, con mínima intervención y sabor máximo. Y si te gusta el formato bocadillo, prepárate para el de calamares rebozados con mayonesa y tomates secos es un espectáculo, y la burger de rabo de toro un homenaje a su restaurante hermano, es potencia pura.
Para rematar, dos postres sencillos pero redondos, recuit de Fonteta con sésamo negro caramelizado y un tocinillo de cielo con nata que cierra el festín por todo lo alto. Bar Canyí es ese lugar donde la tradición se encuentra con la técnica sin perder ni una gota de esencia. Uno de nuestros favoritos de toda Barcelona (en este artículo lo comprobaréis. Tú sabrás cuánto tardas en ir.
Dónde: Carrer de Sepúlveda, 107
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2. Culkin
Bar de tapas, culkin
Culkin se ha ganado un lugar en la escena gastronómica de Barcelona. Desde que abrió sus puertas hace un par de años, este wine club con espíritu de bar de barrio ha conquistado a locales y visitantes. Con una propuesta que combina cocina sofisticada, ambiente acogedor y una mirada nostálgica al actor Macaulay Culkin, quien inspiró el nombre del local tras sus visitas frecuentes a la ciudad.
Su nueva carta esta fuera de serie. Aquí las tapas tradicionales se reinventan con un toque gourmet. Como la ensaladilla rusa con pulpo y wakame, las vieiras con ajo blanco y guanciale o los boquerones con gel de yuzu y frambuesa. Para paladares intensos, la oreja de cerdo con demi-glace de anacardo, romero y mostaza encurtida es un must. Pero si hay un plato que se roba el show, ese es el de puerros asados con miso y crema de anacardo, sorprendente, delicado y adictivo.
Todo esto marida a la perfección con su impresionante carta de bebidas, que va desde espumosos, blancos, orange, tintos y rosados y una coctelería espectacular. Con nombres de película como Tiet Vader, Purple Jam o Vanilla Skywalker. Culkin no solo es un bar de tapas, es una experiencia única. Y si vas, confía en el equipo, déjate recomendar y seguro que aciertas.
Si te quedaste con ganas de saber más sobre este lugar, puedes consultar nuestra visita en este artículo.
Dónde: Carrer de Villadomat 23
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3. La Esquina
La Esquina es ese bar de tapas que rompe el prejuicio de que en el centro no se puede comer bien. Aquí se viene a tapear con gusto y calidad. En su carta encontraréis una propuesta gastronómica de tapas y platillos BBB (buenos, bonitos y baratos) , y si hay algo que realmente destaca son sus arroces. El de pulpo y costilla ibérica guisada es una genialidad que mezcla lo mejor del mar y la montaña, arroz meloso, pulpo recién cocido y una costilla estofada que se deshace al tocarla, todo coronado con un chimichurri que redondea cada bocado. Puro sabor casero con un twist.
Entre los entrantes, brillan platos como los calçots a la brasa con romesco y alioli, presentados sin complicaciones y con un emplatado limpio que respeta el producto. Y para cerrar, el flan de Nutella sobre galleta María es un postre tan simple como efectivo, cremoso, reconfortante y perfecto para los mas dulceros.
El espacio acompaña con un interiorismo de aires industriales, amplio y luminoso, ideal para comidas largas o tardes de tapeo relajado. Si pillas la mesa junto a la ventana, mejor aún. Y si prefieres estar al aire libre, también hay terraza. Podéis echar un vistazo a nuestro artículo
Dónde: Bergara 2
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4. Café Pagés
Cafè Pagès Barcelona
Café Pagès se ha ganado el cariño de vecinos y visitantes por igual. Gracias a su mezcla infalible de buena comida, ambiente acogedor y precios que aún respetan el bolsillo. Fundado en 2010 por Alberto Barros y Elena Vidal —hermanos del mítico Casa Pagès— este local reinterpreta la casa de comidas tradicional con una mirada fresca, donde las tapas de siempre conviven con toques orientales inesperados.
Su menú del mediodía es uno de los secretos mejor guardados del barrio: por solo 13,50 € puedes disfrutar de cremas, carnes, pescados, opciones veggies y postres caseros como la crema catalana, el coulant o la tarta de queso. Pero si vas a la carta, no te pierdas platos como el tataki de atún, el pollo al curry, las costillas BBQ o tapas ganadoras como las albóndigas caseras, las croquetas de calamar, el brie rebozado, los huevos rotos con chistorra o el clásico pulpo a feira. Aquí cuesta elegir, y aún más no repetir.
Además, los fines de semana el tapeo se vuelve fiesta con tapas y vermut del bueno, y entre semana, su afterwork se convierte en el plan ideal para desconectar. Copas de vino por sorpresa, buena música y una energía que solo este rincón bohemio de Gràcia puede ofrecer. Y si buscas algo distinto, los domingos por la tarde hay actuaciones de rumba en vivo que llenan el local de ritmo y alegría.
Café Pagès es de esos lugares que tienen alma, donde cada visita se siente como un reencuentro con lo auténtico. Ya sea para una comida tranquila, un vermut animado o un plan con música, este sitio tiene algo especial que te hará volver. En este artículo, encontraréis nuestra experiencia.
Dónde: Carrer del Torrent de l’Olla 273
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5. Rabbit´s Bar
En una ciudad donde las propuestas de tapas a veces se sienten repetitivas, Rabbit’s Bar rompe con todo lo pensado. El local ha sabido combinar lo castizo con lo moderno sin perder autenticidad. Desde el primer momento, el trato del personal cercano, amable y excepcional, marca la diferencia y prepara el terreno para una experiencia gastronómica que sorprende de verdad.
Con una cocina abierta y barra protagonista, aquí el show está a la vista, ostras fresquísimas abiertas al instante, piparras del norte con carácter, y una carta diseñada por el chef Jordi Cunill, centrada en producto fresco traído de distintos rincones de España. Entre los hits del menú están la croqueta de fricandó, la flor de calabaza en tempura con butifarra del perol y brie, el montadito de steak tartar, y los icónicos molletes el “guarro” de chistorra, pura decadencia, y el “mallorquín”, con sobrasada y queso, que te hará cerrar los ojos al primer bocado.
Para rematar, su crema de maracuyá, ligera y espumosa, es el broche ideal. Rabbit’s no solo conquista por lo que sirve, sino por cómo lo sirve: desde la barra, con ritmo, cariño y mucha personalidad. Si buscas platillos creativos, ambiente animado y un trato impecable, Rabbit’s Bar es esa joya que no todo mundo conoce. Corre que este sitio merece la pena (podéis cotillear nuestra visita en este artículo).
Dónde: Graduxter 16
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6. La Font del Gat
Pocos lugares en Barcelona tienen tanto encanto como La Font del Gat. Escondido entre los jardines de Montjuïc, este merendero modernista del siglo XIX fue durante décadas punto de encuentro para las famosas “fontades”.
Hoy, el grupo Confitería ha recuperado esa esencia y la ha convertido en una de las terrazas más mágicas de la ciudad. Tienes que querer ir. Pero una vez llegas, el entorno te dejará sin palabras. Es mucho mas de lo que esperabas.
Mesas plegables entre árboles, una gran parrilla encendida, lucecitas colgantes, juegos para niños y un aire de mágico. Su cocina gira en torno a la brasa, con espetos de carne, pescado o verduras preparados al momento, y los domingos cambian el guión con arroces de mar y montaña cocinados al fuego vivo. La carta se completa con tapas clásicas, vinos bien seleccionados y cócteles de maravilla.
Para el final, imposible no caer ante un postre de los de toda la vida, milhojas de la histórica pastelería Vilamala o un limón helado, acompañados, claro, de una copa de ratafía.
Si vas este verano, reserva con tiempo… o cruza los dedos y acércate a ver si hay suerte.
Dónde: Santa Madrona 28
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7. Bar Alegría
Bar de alegría, bar de tapas
Bar Alegría es uno de esos rincones que guardan la memoria viva de Barcelona. Este tesoro modernista inaugurado en 1899 ha renacido en los últimos años gracias a la visión de Tomàs Abellan, quien ha sabido preservar su alma mientras renovaba por completo su propuesta gastronómica. Hoy, este bar no solo es historia, es sabor, es cuidado, y es el tipo de sitio que te atrapa por el ambiente y te conquista por el plato.
La carta es un homenaje a la cocina catalana con toques contemporáneos, centrada en producto de temporada y platos pensados al detalle. Desde unas alcachofas con huevo de codorniz y salsa de trufa que resumen a la perfección su filosofía, hasta propuestas de vermut como las croquetas caseras, la ensaladilla rusa o los boquerones aliñados. Y para quienes se quedan a comer o cenar, el nivel sube, caballa ahumada con ajoblanco y uva, albóndigas al nero de sepia, o la estrella del local, la mítica tortilla trufada de La Mari, que merece por sí sola la visita.
Los postres siguen la misma línea cuidada y sabrosa, con un pastel de queso de La Vinya con confitura casera y un cremoso de chocolate con pan, aceite y sal que cierra la experiencia con nota alta. A todo esto se suma una amplia y afinada selección de vinos naturales que maridan a la perfección con cualquier plato.
Bar Alegría no solo honra su historia, es un lugar con alma, sabor y alegría de verdad.
Dónde: Comte Borrel 133
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8. Bar Buy Buenas
Bar muy buenas, Bar de tapas
Bar Muy Buenas abierto por primera vez a comienzos del siglo XX, como tienda de bacalao recupera su esencia modernista con un respeto admirable. La barra original, el suelo hidráulico, los detalles de madera tallada y hasta el cartel de época han sido restaurados con la ayuda de artesanos locales, devolviendo a este espacio su esplendor de antaño y convirtiéndolo en uno de los restaurantes más bonitos (y auténticos) de la ciudad.
Pero no solo de estética vive este bar, su carta, breve pero muy bien pensada, es un homenaje a la cocina catalana de toda la vida. Encontrarás clásicos como el fricandó, la esqueixada de bacalao, el cap i pota amb cigrons o unas albóndigas con sepia que son puro sabor de casa. Para picar, no faltan las croquetas de jamón, buñuelos de bacalao o las alcachofas con romesco, ideales para acompañar un vermut en su encantadora barra de entrada. ¿Algo más fresco? Su ensalada de higos, requesón y piñones fue una grata sorpresa.
El menú del mediodía es una opción excelente, pero si vas por la noche, te recomendamos quedarte un rato más y adentrarte en su espectacular coctelería, liderada por Roby. Ha creado una carta original, basada en destilados artesanales catalanes, donde cada cóctel tiene nombre de personaje y carácter propio, como el misterioso Pepe Rubianes. Agrupados por perfil: afrutados, envejecidos, cítricos… y todos deliciosos.
Bar Muy Buenas tiene historia, cocina y coctelería. Todo en uno. Y aquí encontraéis nuestra visita.
Dónde: Carme 63
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9. Can Bo
Can Bo, este restaurante brilla por su armonía en todos los sentidos. El chef con estrella Michelin Oliver Peña, junto al chef ejecutivo Lorenzo Cavazzoni, han creado una carta de tapas y platillos para compartir que combinan raíces locales con inspiración italiana, sin perder nunca de vista el producto de proximidad y la calidad máxima.
Desde las gildas tamaño XL que marcan el tono con fuerza, hasta joyas como la presa ibérica “tonnata”, el brioche de pulpo en adobo con mojo, o el espectacular carpaccio de picaña madurada, cada bocado habla de técnica, mimo y criterio. Y si hay un plato que lo resume todo, son los tagliatelle frescos con ragú de rabo de toro, intensos, melosos y con alma de domingo en familia, reinterpretados con elegancia. Para cerrar, el tiramisú de Lorenzo, con mascarpone montado sobre brioche bañado en café, es simplemente un final feliz.
La carta de vinos, obra del sommelier Amador Marín, ofrece referencias catalanas singulares, rarezas italianas y clásicos nacionales, que pueden maridar a la perfección gracias al consejo del servicio, siempre atento. En este artículo podéis adentraros más en nuestra visita.
Can Bo es una experiencia redonda, ideal para cenas especiales donde se busca algo más.
Dónde:Via Laietana 30
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10. Bar Jai-Ca
Bar Jai-Ca, bar de tapas
Si hay un templo del tapeo clásico en la Barceloneta, ese es sin duda Bar Jai-Ca. Con más de 60 años de historia y una barra original de madera que lo dice todo, este bar es una oda a la tapa popular en su versión más auténtica. Aquí no hay pretensiones: hay sabor, tradición y un ambiente de barrio que sigue conquistando tanto a locales como a turistas desde el primer vistazo.
La lista de imprescindibles es infinita, ensaladilla con pimiento asado (una de las mejores de Barcelona), bombas crujientes, albóndigas caseras, croquetas cremosas, bravas con carácter, pescadito frito y otras tapas que no fallan nunca. Además, su carta de recomendados cambia con el ritmo del mercado, e incluye desde un gazpacho refrescante hasta un carpaccio de mojama que sorprende por su intensidad y frescura.
Bar Jai-Ca es el lugar ideal para dejarse llevar y pedir un poco de todo.
Dónde: Carrer de Ginebra 7
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10. Cova Fumada
Bar de Tapas , La Cova Fumada
La Cova Fumada fue fundada en 1944 y aún en manos de la familia Solé, esta taberna de la Barceloneta es mucho más que un restaurante. Este lugar que ha resistido al tiempo sin perder su autenticidad. Aquí no hay reservas ni postureo. Hay cola desde el mediodía, codos en la barra, mesas compartidas y ese ambiente de barrio donde la comida sabe mejor.
Se dice que la mítica bomba nació entre estas paredes, una mezcla de patata y carne coronada con salsa picante y alioli, tan ligera como adictiva. “Esto es la bomba”, soltó un vecino al probarla, y así se quedó el nombre. Pero no es lo único que destaca. Los garbanzos con calamares, el capipota, las sardinas, los buñuelos de bacalao o cualquier pescado a la plancha son un festín sencillo y contundente. Aquí no hay tirador de cerveza, solo quintos en botella. Ni carta de vinos, solo chatos. Pero hay pan con allioli casero que te reconcilia con la vida.
La Cova Fumada conserva el espíritu genuino de la Barceloneta y porque, cuando sales de ahí, solo piensas en volver.
Dónde: Baluart 56
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11. Bodega la Puntual
Bodega la puntual, bar de tapas
La Puntual parece una bodega de toda la vida. Este rincón del Born es uno de esos lugares donde todo , desde lo más clásico hasta lo más creativo, se sirve con cariño y sabor.
Aquí las bravas avisan (y con razón), pican, y mucho. Pero si eres de los valientes, no te las puedes perder. Lo mismo con las croquetas de jamón ibérico, que rozan la perfección. El brioche de papada ibérica con mayonesa de kimchi fue una sorpresa total: suave, sabroso y con ese punto justo de picante que engancha. Y uno de los grandes hits de la casa, el steak tartar de rubia gallega sobre hueso con patatas paja, elegante, intenso y con un contraste de texturas brutal.
¿Arroz? También. El de pluma ibérica con espárragos verdes viene con todo, cocción impecable, respeto al producto y socarrat incluido. Y si vas con ganas de pulpo, el suyo a la plancha con parmentier de patata es de los mejores que hemos probado, sin exagerar. De postre, no te pierdas la tarta de queso casera con tres quesos (cremoso, idiazábal y azul) cremosa, bien equilibrada y perfecta para compartir.
La Puntual demuestra que tradición y creatividad pueden convivir con naturalidad, y que una buena bodega también puede tener platos que sorprenden. Ir, comer mucho, y salir feliz. Esa es la fórmula. Si queréis saber más sobre este lugar, en este artículo encontraréis nuestra experiencia.
Dónde: Carrer de l’Àliga, 25.
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12. Faire Tapas & wine
Faire Tapas & Wine ha sabido reinventarse con una propuesta de cenas basada en el slow food, la sostenibilidad real (no solo de discurso) y una carta creativa con ingredientes de proximidad y vinos naturales catalanes. Ubicado en pleno Eixample, el local cambia de piel al caer el sol, con luces bajas, ritmo tranquilo y un ambiente perfecto para una cita o una cena entre amigos.
Su cocina mezcla inspiración internacional con producto local. De entrada, el dip de stracciatella con trufa negra y avellanas, acompañado de pan artesanal de Panamà, es puro vicio. El tabulé de coliflor sorprende por su frescura y originalidad lleva dátiles, piñones, pepino y granada, y las bravas revisadas (aquí llamadas bravarissas) combinan harissa picante y mayo de miso para un resultado explosivo. Los baos de carne vegana marinada, con verduras crujientes y cilantro, son otra joya que demuestra que la cocina vegetal puede ser poderosa y reconfortante.
Pero el gran final lo pone la pavlova casera con nata montada, frutos rojos y coulis de arándanos. Ligera, deliciosa y difícil de encontrar en otras cartas. Además, todo en Faire desde el mobiliario es reciclado, hasta el uso de energía renovable, responde a una filosofía ecológica. Comer bien sin renunciar a tus valores nunca fue tan fácil ni tan rico. Faire Tapas & Wine no solo alimenta, enamora y se compremete con el medio ambiente. Aquí encontraréis nuestra experiencia.
Dónde: Carrer de Girona 79
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13. Bar del Pla
Bar del pla, Bar de tapas
En pleno corazón del Born, Bar del Pla es uno de esos sitios que nunca falla. Desde el momento en que entras, te envuelve su atmósfera cálida, techo de bóveda, madera bien cuidada, mesas altas y una barra de mármol que rebosa tapas tan bien presentadas como sabrosas. Aquí el tiempo pasa despacio, entre platos del día que cambian según mercado y una carta repleta de clásicos con ejecución impecable.
Hay cosas que no pueden faltar, las croquetas de calamar en su tinta, el canelón de la casa y el crujiente de rabo de buey con foie, que son pequeñas obras maestras. La carta de vinos es otra joya, con referencias catalanas e internacionales difíciles de encontrar, ideales para maridar con cualquiera de sus tapas sin miedo a equivocarte. El trato, cercano y siempre con una sonrisa, hace que te sientas como en casa, aunque compartas barra con viajeros que llevan tiempo marcando este lugar en sus guías.
Bar del Pla es cocina honesta con un servicio que enamora. Uno de esos sitios donde repetir no solo es probable, sino inevitable.
Dónde: Carrer de Montcada 2
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14. La bodegueta
La bodegueta, bar de tapas
Si buscas un rincón que capture el alma más auténtica de Barcelona, La Bodegueta, en plena Rambla de Catalunya, es parada obligada. Fundada en 1942, este local empezó vendiendo hielo y vino a granel y, con el tiempo, se convirtió en un verdadero templo para los amantes del tapeo con esencia de bodega clásica.
Su carta está llena de hits que no fallan como los huevos de toda la vida en diferentes presentaciones, navajas a la plancha, gambas a la plancha, o el clásico de siempre pulpo a la gallega. Para los que no perdonan un buen embutido, ofrecen un surtido de embutidos ibéricos, jamón ibérico de bellota, morcón ibérico, salchichón de Vic “Casa Sendra”, chorizo riojano, fuet y sobrasada de Mallorca, entre otros.
También brillan sus entrepans, como el Primavera (con bonito, anchoas y olivas), el de lomo ibérico de bellota o el clásico de tortilla de patatas, todos ideales para acompañar con un vino o una caña bien fría. Y si eres de los que no se resisten al queso, puedes pedir desde un queso manchego o curado de oveja, hasta un generoso surtido de quesos para compartir.
La Bodegueta es un lugar donde cada bocado te hace sentir, sin duda, en Barcelona.
Dónde: Rambla Catalunya 100
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15. Colmado Wilmot
Colmado Wilmont, bar de tapas
Colmado Wilmot, el proyecto de Eugeni de Diego, es el bar que todos querríamos tener debajo de casa, lleno de sabor. Aquí la tapa es religión, y el sabor se lleva al límite con solo un bocado.
La tortilla de patatas con gambas al ajillo es puro vicio, diseñada para que explote en la boca con ese punto glorioso entre el caramelo de cebolla, el huevo cremoso y el jugo de las cabezas. Pero eso es solo el comienzo, los callos, el capipota y las albóndigas Strogonoff tienen un sofrito que roza la perfección, y puedes pedirlos en rabanera, formato mini para probar varios. También hay pinchos tuneados, como el de chistorra a la sidra o con los propios callos, y un apartado vermutero que es gloria, gildas, boquerones, anchoas, sardinas y una salsa del Maresme casera que levanta el ánimo a cualquiera.
Colmado Wilmot es un lugar donde puedes entrar a comer un pincho y salir queriendo volver mañana. Es brillantemente delicioso.
Dónde: Calle de Calvet 28
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¡Y hasta aquí llega nuestro recorrido por algunos de los mejores bares de tapas en Barcelona! ¿Con cuál vas a empezar tu ruta? Sea cual sea tu elección, el buen tapeo está garantizado.
Consulta nuestro mapa para saber dónde están los mejores bares de tapas de la ciudad.
¿Dónde están los mejores bar de tapas de Barcelona?
¿Cómo elegir los mejores bares de tapas de Barcelona?
En este país no hay un mejor plan que tomar algo disfrutando de nuestra maravillosa gastronomía con unas tapas. Barcelona cuenta con una amplia oferta de bares de tapas, por lo que hay que saber bien elegir qué opción se acerca más a nuestra idea.
Desde tabernas con historia que huelen a barrio, hasta propuestas modernas con técnica de estrella Michelin, cada uno de estos lugares tiene algo especial que ofrecer. Tenéis opciones para todos los gustos.